El ser humano se esfuerza por quitar de nuestro día a día todo aquello que nos pueda molestar, como la vejez, la enfermedad o la muerte. Las lecciones que se pueden aprender de los epitafios, esculturas y monumentos funerarios son ignoradas por todos aquellos que temen a la muerte. Si superamos nuestros miedos, la muerte puede enseñarnos a vivir el momento.