Jacques Deza -protagonista también de Todas las almas- viaja a Inglaterra, para poner distancia con su esposa, e inicia así una extraña etapa de su vida: es reclutado como agente de un servicio secreto heredero del MI6 que, con el final de la Guerra Fría, pareciera servir a poderes inclasificables. La capacidad especial de Deza como «intérprete de vidas» y su agudeza para ver en el rostro presente el rostro futuro -y por tanto saber quién traicionará o quien será leal- lo llevan a una fascinante reflexión sobre el hombre y su tiempo; sobre el pasado, el presente y el futuro; sobre la traición, la cobardía y sobre lo que se dice y se calla.