Sobre el estilo tardío
Said, Edward W.
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Al morir en 2003, Said dejó varios textos inconclusos. Michael Word reunió uno de ellos, el presente, lo pasó a limpio y lo compaginó con otros afines, ya totalmente revisados por el autor, dando lugar al conjunto. El motivo conductor es la obra tardía de algunos músicos y escritores: Richard Strauss, Verdi, Thomas Mann, Jean Genet, Britten. Una categoría expuesta por Adorno les vale de sustento, convenientemente afeitada de embrollos cancillerescos, propios del filósofo y compositor. No se trata de obras de viejos, a veces repetitivas y seniles. Tampoco de lo que se hace antes de silenciarse en una vejez taciturna. Lo tardío es creador y responde a una visualización de la muerte, cercana y personal. La propia vida aparece como una tierra extraña, lugar de exilio ... Said observa que este atardecer puede convertirse en una refundación. El ejemplo máximo es Beethoven, el de las últimas sonatas y cuartetos ... propuso en esas partituras una noción evasiva de la música, en el sentido de que ella se le escapaba y él tomaba notas nerviosas y punzantes de su fuga, en un caso bajo las formas, justamente, de una fuga. Y así el Verdi de Falstaff, el Strauss de Metamorfosis, el Britten de la rehecha Muerte en Venecia de Mann. Se puede ser tardío en plena juventud, como el Mozart de Cosí fan tutte, dolida fábula de la ilusión amorosa promovida por un viejo verde, cínico y jocundo. Con aguda penetración de pensador y de músico, acaso mascullando su propio final, Said redactó algunas de las más inteligentes páginas de crítica musical en nuestros días. Libre de todo deber escolástico, se ha valido de sí mismo como lo hicieron sus ejemplos.
Características