Sin ruido es la culminación de una trayectoria singular, ajena a modas, pero no menos coherente y profunda. Para Corredor-Matheos, la poesía no es tanto un lenguaje como un conocimiento, los versos aspiran a la enunciación despojada con la que el lector se sitúa de pronto en otro ámbito, se cuestiona y se descubre ante una realidad más amplia, más completa que la meramente percibida. Las cosas hablan, y también las paradojas de algunas vivencias cotidianas, que delatan las angustias, las incertidumbres o la pequeña plenitud del sujeto poético. De ese modo el libro se convierte en una muestra sutil y contundente de las zozobras de un hombre contemporáneo.