Tras la separación de sus padres, Marina siente que ya nada volverá a ser igual. Lo único que no cambia es que sigue veraneando en Francia con su familia paterna. Pero aquel verano será verdaderamente inolvidable. De la mano de Étienne recupera la ilusión y el valor para volver a montar a caballo, su gran pasión, y -lo que es más importante- consigue que poco a poco desaparezca la tristeza, ese gusano negro que pugna por aparecer una y otra vez... Pero un grave e inesperado incidente hará que Marina tenga que enfrentarse de nuevo a su propia vida.