En 1856 un barco se pierde en los confines del mundo, en las estribaciones de la Antártida: a bordo, una pareja con una extraña enfermedad que aterroriza a la tripulación. En nuestros días, un fotógrafo de naturaleza, atormentado por el accidente que hizo que su prometida quedara en coma irreversible, acepta participar en una misión científica al Polo Sur. Una historia de misterio y terror en la que el amor desempeña un papel fundamental. Inglaterra, 1853. El teniente de lanceros Sinclair Copley, heredero díscolo de una noble familia, lleva una vida disoluta y desperdicia sus días en francachelas, timbas y prostíbulos londinenses hasta que conoce a una joven enfermera, Eleanor Ames, una muchacha idealista empleada en el hospital de la superintendente Florence Nightingale, cuyas innovaciones están revolucionando la asistencia sanitaria británica. Sinclair se convence de que Eleanor es la mujer de su vida a pesar de la diferencia de clases existente entre ambos; pero la Historia está decidida a entorpecer el idilio, pues Inglaterra moviliza al ejército a fin de frenar los apetitos expansionistas de Rusia en la península de Crimea. El Gobierno británico, asustado por las bajas de la campaña, opta por ofrecer a la competente Nightingale una oportunidad de probar sus teorías. Eleanor hace todo lo posible por formar parte del reducido grupo de enfermeras utilizadas por la superintendente en los hospitales de campaña, tanto por convicción personal como por estar más cerca de su amado. Entretanto, Sinclair descubre en sus propias carnes cómo los sueños de gloria en el campo de batalla se convierten en una pesadilla cuando las tropas británicas entran en liza, librando la batalla de Balaclava, donde tiene lugar uno de los momentos inmortales de la historia bélica: la carga de la caballería ligera, donde hay más héroes que supervivientes. Cuando las baterías rusas abrieron fuego en el campo de batalla, poco podía imaginar el teniente Sinclair que le amenazaba otro peligro mayor. Los turcos tenían un nombre para el mismo: Kara-kondjiolos. Chupadores de sangre. Unos temibles seres carroñeros cuya sola mención espantaba a los guías nativos del ejército inglés. Eleanor descubre a Sinclair en una cama del hospital. Está vivo y se recupera con una velocidad poco común, pero como no van a tardar en descubrir, hay cosas mucho peores que la muerte y la mutilación.