¿Tenemos derecho a juzgar la conducta de otras personas en un mundo en el que las moralidades son diversas y a veces opuestas? ¿Compartimos, como seres humanos, un patrón que nos permita entendernos los unos a los otros? ¿De veras tenemos opiniones divergentes sobre lo que constituye el bien y el mal, lo dañino y lo beneficioso, la dignidad y la humillación... O existe, a un nivel más profundo, un elemento común que acaba imponiéndose? Estas son preguntas que surgen cuando se debaten temas tan delicados como la ablación del clítoris o la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas; preguntas que son especialmente apremiantes en una época como la nuestra, marcada por la inmigración masiva, el extremismo religioso y el auge de las políticas identitarias. ¿Con qué derecho nos atrevemos a tildar de bárbaras determinadas prácticas? ¿Quiénes son los verdaderos bárbaros? Este libro provocador intenta arrojar un poco de luz sobre qué es lo que creemos, por qué lo creemos y si existe realmente una discordancia moral irreparable entre “nosotros” y “ellos”.