Los sueños son la brújula que nos marca el camino a seguir y las metas que queremos alcanzar. Nos impulsan, nos fortalecen y nos permiten crecer. Si nuestros sueños son pequeños, nuestras posibilidades de éxito también serán limitadas. Renunciar a los propios sueños implica darle la espalda a la felicidad: quien no lucha por cumplirlos está condenado al fracaso el cien por cien de las veces.