"Yo era bailarín de éxito en las compañías más conocidas de la España de los 90 y sin embargo me dejé llevar por una pasión: comer. Comer y comer sin medida. Con el tiempo, no pude bailar y tuve que cambiar de trabajo. Seguí comiendo y engordando y a pesar de tener una familia encantadora y unos amigos fabulosos, yo no era feliz. Dudo que existan obesos felices. Las dietas no servían para nada. Los problemas de salud se acumulaban a los kilos de grasa. Hasta que toqué fondo y decidí operarme y seguir todas las indicaciones de mi médico, para conseguir volver a mi peso; ahora puedo vivir con normalidad, dormir sin asfixiarme, andar, incluso he vuelto a bailar y me dedico a ayudar a enfermos de obesidad.