«Sigo las reglas, pero las mías». Poppy Silverton era tan auténtica como el pueblo inglés donde regentaba un salón de té. Pero su hogar, su medio de vida y su inocencia corrían peligro. Rafe Caffarelli era un playboy multimillonario, y estaba decidido a comprar la casa de Poppy. Ella no estaba dispuesta a desprenderse de lo único que le quedaba de su infancia y su familia, por lo que se enfrentó a Rafe y a la atracción que sentía por él. Y fue la primera mujer que le dijo que no a un Caffarelli.