Cosmopolita, emparentada con la realeza de media Europa, casada con el príncipe Jorge de Grecia, amante de un primer ministro francés y discípula de Freud, Marie Bonaparte (1882-1962) ejerció un papel clave en la introducción del psicoanálisis en Francia. Su dinero e influencias le permitieron arrancar a Freud del acoso nazi y llevarlo a Londres; también ayudó a incontables intelectuales judíos amenazados y salvó de su destrucción una importante sección de la correspondencia de Freud. Solidaria con el sufrimiento humano y comprometida defensora de muchas causas perdidas, hasta su muerte se implicó en asuntos como la ablación o la pena de muerte.