«Ellos son así. Unos destructores congénitos. O sea, que nacieron así: con ganas de cargarse a cualquier persona o cosa que se les ponga por delante. Y si se trata de uno de los miembros del Club de los Malditos, como es mi caso, con más razón. Porque a los matones les parecemos unos pringados de récord Guinness.»El Club de los Malditos tiene una misión: desea conseguir las tres entradas al campeonato de Fórmula 1 que el profe de Tecnología del instituto ha anunciado como premio al grupo de la clase que consiga construir el mejor prototipo. ¿Serán capaces ellos tres, los pringados, de salir airosos? Y lo peor es que no todos juegan limpio. ¡Malditos matones!