Algunas personas no se separan nunca. Son víctimas voluntarias de la vida en pareja. Héroes o cobardes según la hora de las comidas. En el cuarto de baño, una víctima voluntaria de la vida en pareja escucha el último mensaje de Benedicte sin atreverse a responder para no hacer ruido. En la ciudad, por la noche, las palabras de amor se vuelven fraude en los cuartos de baño con un teléfono móvil. Esa es la razón por la que las ciudades, vistas desde el cielo, centellean tanto.