A finales del siglo XVIII la postura del ser humano frente a la naturaleza cambia, adquiriendo una nueva concepción estética y sentimental. En el Romanticismo, surge la figura del viajero-artista y, coincidiendo con la revolución industrial, el paisaje comienza a encarnar la oposición entre tecnología y naturaleza, entre campo y ciudad. En este sentido, el turista contemporáneo se asemeja mucho al viajero romántico. Es en aquella época cuando surgen las primeras guías de viaje, donde los Alpes, como otras cordilleras, encarnan la idea simbólica de la subida a la montaña como “elevación o superación interna”, haciendo experimentar al viajero una especie de unión mística con el paisaje... A este aspecto espiritual se unían las estaciones balnearias, donde, además, se mimaba el cuerpo. El viajero actual que consulta la guía de Trotamundos encuentra estas dos facetas clásicas, pero, además, descubre en los Alpes el gran espacio de ocio y recreo en el que se ha convertido. El fomento del turismo alpino provocó la construcción masiva de infraestructuras: transportes, estaciones de esquí, polideportivos, complejos hoteleros... Nuestra guía os ayudará a encontrar el destino que más se adecue a vuestras expectativas, mostrando lo más relevante y ofreciendo toda la ayuda necesaria para disfrutar del entorno alpino en su conjunto. Los amantes de la naturaleza, los montañeros tradicionales, los escaladores aguerridos, los más aventureros, los que prefieren un bañito tranquilo en un lago, los amantes de los deportes de riesgo..., todos ellos encontrarán su sitio en los Alpes. Una mención especial requieren los aficionados al esquí, en cualquiera de sus variedades: alpino, nórdico, de travesía, snowboard... Y es que en la actualidad la cordillera de los Alpes alberga algunas de las mejores estaciones de esquí de todo el mundo: Kitzbühel (Tirol, Austria); Courchevel(Alta Saboya, Francia) o Saas-Fe y Zermatt (Valais, Suiza)..., por nombrar algunas. ¿Qué más se puede pedir?