«Irene» o «Lorena», nunca sabremos su verdadero nombre, es una combatiente de Hacha Roja, organización revolucionaria armada que –como otras en la América Latina de ayer y de hoy– se inspira en la épica del Che Guevara. Estamos en los tiempos más duros de la dictadura de Pinochet. Irene participa en el asalto de una casa de cambio, pero la policía secreta desbarata la operación e Irene cae prisionera. Durante veintinueve días es interrogada y torturada con crueldad y método en las mazmorras de la central de Inteligencia, pero ella se comporta como se espera de una mujer adiestrada para la lucha clandestina: soporta sin comprometer ni a la organización ni a sus compañeros. Finalmente, es dejada en (supuesta) «libertad provisional». Pero Irene guarda más de un secreto: es una mujer que se enamoró y amó y tuvo una hija, Anita, que ahora tiene cinco años, información que no debería caer en manos de la policía. Cuando poco después Irene vuelve a ser detenida, su vida dará un inesperado vuelco, y el sentido de palabras como verdad y mentira, amor y rencor, lealtad y traición, empezarán a confundirse peligrosamente.