Con un hijo enfermo y una esposa infiel, Javier Verdaguer encuentra en la Filmoteca Soledad el refugio donde sobrellevar sus miserias. Allí coincide con un anciano que se parece a Borges, un joven obsesionado con Charlot y una secta de cinéfilos que programan interminables sesiones de la misma película y cuya máxima ambición es «atravesar la pantalla». Con los límites entre realidad y ficción desdibujados, Javier decide unirse a la secta y someterse a una espeluznante sesión de El silencio de los corderos, de la que acaso nunca logre escapar. «José Carlos Somoza. Ingeniero en pesadillas. Cazador, como buen psiquiatra, de pesadillas literarias. El inquieto e inquietante Somoza.» El País