Los dragones son seres del pasado, pero fueron los creadores de todas las razas humanoides que pueblan el mundo, cada una de ellas adaptada a una función determinada: la guerra, el arte, la minería con éxito desigual y origen de casi todos los conflictos que conducen al Sendero del Dragón, el camino que lleva a la guerra. Durante el verano se vuelven a producir escaramuzas entre los nobles, pero esta vez la caída de unos granos de arena sin importancia va a provocar un alud que amenaza con arrastrar a los protagonistas de la novela: Marcus, un mercenario especializado en proteger caravanas; Cithrin, un huérfano criado por un banco que debe trasladar grandes riquezas a través de una zona de guerra; y Geder, descendiente de una familia de la nobleza, más interesado en la filosofía que en la espada.