Teherán, mediados del siglo xix, la corte del sha atraviesa por momentos convulsos entre conjuras e intrigas de palacio. Todo bajo la atenta mirada de la reina madre. En medio de este tenso ambiente sobreviene un hecho que va a alterar aún más los difíciles equilibrios del poder: la súbita e inesperada aparición de una mujer cuyas ideas, consideradas subversivas y heréticas, recorren todo el país como la pólvora. Bahiyyih Nakhjavani nos cuenta en La mujer que leía demasiado la historia, trascendida por la ficción, de la poetisa y teóloga iraní Tahirih Qurratul-Ayn. Inteligente, hermosa, erudita y dotada de una gran elocuencia, fue la primera mujer en su época y en su país que proclamó la dignidad femenina, proponiéndose alfabetizar a las mujeres y atreviéndose a quitarse el velo. Puso en riesgo su vida, enfrentándose a los poderes seculares y religiosos a los que acorraló con sus conocimientos de los textos sagrados. Fascinante tanto para sus seguidores como para sus detractores, admirada por diplomáticos y viajeros que escribieron sobre ella, fue condenada por su rebeldía y murió estrangulada en Teherán, en 1852. Acabó convirtiéndose en leyenda. Con una prosa brillante y atractiva, Bahiyyih Nakhjavani entrecruza sutilmente en esta narración los hilos de la historia, la religión, el arte y la condición femenina. A través del marco de una novela histórica, la autora britanoiraní aborda un tema tan universal y de tan máxima actualidad como es el de la libertad de expresión y los derechos de la mujer en contraposición a los poderes políticos y a los dogmas religiosos. La mujer que leía demasiado es un homenaje al valor y ejemplo de Tahirih Qurratul-Ayn y al de todas las mujeres que siguieron y siguen su ejemplo en aquellas tierras.