Charleston, Carolina del Sur, verano de 1969. Una ciudad calurosa que brota del río, abrumada por una vegetación exuberante. Una ciudad hermosa, lánguida y elegante. Una ciudad, también, muy racista y clasista. Leo tiene dieciocho años y está a punto de empezar su último curso en el colegio que dirige su madre, una mujer religiosa, exigente y muy estricta. Es un chico solitario, profundamente marcado por el suicidio de Steve, su hermano adorado. Este verano todo cambiará cuando su madre le pida que ayude a los nuevos alumnos Sheba y Trevor, dos gemelos carismáticos, hijos de una madre alcohólica y un padre violento; Niles y Starla, unos huérfanos que han huido de un centro tras otro; Molly y Chadworth, hijos de buenas y adineradas familias, e Ike, hijo del primer entrenador negro del colegio. Leo será el núcleo de un círculo íntimo de amistades cuyos lazos durarán décadas. Él será su salvación; ellos serán su vida. Años después afrontarán juntos una dura prueba cuando Sheba, convertida ahora en una actriz famosa, les pida ayuda para salvar a su hermano. «Un libro muy esperado... El primero del autor en catorce años. Tan bello y emocionante como El príncipe de las mareas.» The Houston Chronicle