Como siempre ha sucedido en los largos siglos de cultura patriarcal, la maternidad sigue estando idealizada, penalizada y carente de cualquier tipo de valoración simbólica. Sentirse madre no es lo mismo que sentirse padre. Algunas funciones pueden intercambiarse, pero las vivencias y las percepciones subjetivas de cada uno son intransferibles, y ello influye en la capacidad empática necesaria para comunicarse con unos hijos que, a su vez, se inscriben en la historia previa de sus progenitores. En esta obra Gemma Cánovas Sau nos ofrece nuevas perspectivas para prevenir el sufrimiento psicológico de las mujeres. Apoyándose en casos reales aborda temas como el deseo de ser madre; la maternidad en todas las etapas de la infancia; la relación entre el mundo laboral y la vida cotidiana; el papel de las abuelas; las nuevas configuraciones familiares y el lugar de los padres.