En este ensayo, la novelista Alison Lurie se propone desentrañar la información que proporciona nuestra indumentaria y conformar con ello una tesis enormemente seductora: los cambios en las modas se producen no al dictado de los diseñadores, sino en respuesta a los mismos deseos y necesidades que afectan a los otros lenguajes. A partir de ahí, la autora examina prendas e indumentarias y extrae de ellas información (o desinformación) sobre gustos, profesiones, procedencias geográficas, personalidades, opiniones, deseos sexuales e incluso estados de ánimo.