Esta brillante muestra de la narrativa de Porcel relata la historia de los miles de prisioneros napoleónicos encerrados durante años en la pequeña isla desierta de Cabrera, quizá el primer campo de concentración de la historia, donde incluso se practicó el canibalismo. Los testimonios imaginarios se mezclan con los reales con tal maestría que la joven mallorquina Alòdia acaba siendo tan auténtica como el emperador Bonaparte.