Emociones, ideas, temores, deseos... y tantos otros aspectos de nuestra vida dependen de las complejísimas operaciones de nuestro cerebro. Cuando nos interrogamos acerca de nosotros mismos, son muchas las preguntas que surgen: ¿depende el amor de unas meras conexiones neuronales?, ¿se puede manipular el pensamiento de otros?, ¿nos engañan nuestras percepciones? Los interrogantes que suscita el cerebro y su manera de funcionar es infinita. En el siglo XXI el cerebro sigue siendo aún el gran enigma que el hombre intenta desvelar.