Después de 13 años, el matrimonio de Benedicta y Mark ha perdido su chispa. Si ningún motivo concreto, ella se siente aburrida e inquieta. Un día, en el metro, un atractivo extraño flirtea con ella y le da su número de teléfono. Ella se obsesiona con volver a verlo y se sorprende al darse cuenta de que, a pesar de haber recibido una educación refinada y burguesa, el hecho de estar casada no va a detenerla. Una vez tomada la decisión, cruza el límite hacia un mundo de descubrimientos y nuevas experiencias, liberando con ello tanto su cuerpo como su alma.