Un viejo profesor, interno en un sanatorio, recibe la visita de los cuatro elementos -Tierra, Agua, Aire y Fuego- con quienes comparte sus preocupaciones sobre el destino de la Humanidad. Se admirará del abrazo de Aire y Agua, paseará y charlará con Tierra, mientras Fuego le salvará del frío. Su hija, la enfermera y el doctor que le trata mirarán con recelo esos delirios, pero los acontecimientos acabarán superándolos a todos ellos, hondamente impresionados por su irrefutable pasión por la vida. Alegoría de nuestro tiempo y radiografía del ser humano en toda su complejidad, estamos ante un audaz y fascinante relato que es, al tiempo, reflexión, aventura interior, lucidez y radicalidad en estado puro. «El escritor más lúcido y rebelde de los que pueblan la geografía intelectual española.» El Periódico de Catalunya