Pablo tiene once años y pertenece a una familia de clase social media-alta de Madrid. Estudia en un colegio privado religioso y lleva una vida normal. Sin embargo, su increíble desarrollo físico y su precocidad mental hará que algunos de los mayores del colegio se fijen en él como compañero de correrías. Encantado con su nuevo estatus empieza a frecuentar unas reuniones en las que se citan extraños personajes. El líder del grupo le acoge como protegido. Estamos a mediados de los años ochenta del siglo XX y el movimiento nacional de ultraderecha se está gestando. Pablo empieza a tener una doble vida, en la que alterna su vida familiar y estudiantil con unas compañías que hacen que se sienta como una especie de «elegido». Un día su «protector» lo pone a prueba exhortándole a destrozar un cajero automático y él no lo duda. A partir de ahí su vida es el puro vértigo, el abismo.