No preguntes mi nombre. Soy una tía con cerebro de tío. Y encima estoy buena. O sea, la perfección. Pero lo sabrás todo a su debido tiempo. Incluido mi nombre. Ahora vamos a ir directamente al meollo de la cuestión. Y la cuestión está clara. Tú necesitas emociones fuertes y este libro es una bomba. La cultura es para los pijos que no necesitan buscarse la vida. Estas historias son mucho más que cultura, son transcultura viva, postcultura pura y dura. Experiencias irrepetibles, vivencias, moralejas (no me refiero a la urbanización, no seas bestia) corolarios, pedazos de emociones, de desgarros, trozos de vísceras y de órganos sexuales expuestos ante tu mirada morbosa y retorcida.