La economía parte de la transformación de los recursos ambientales. Economistas y ecólogos hablan de lo mismo, aunque a escalas distintas y con los ojos puestos en metas diferentes. La ecología es la economía del ambiente, la economía es la ecología de la producción. El rescate de estas dos matrices y su intersección a buen fin es el objetivo del sostenibilismo. Pero estamos tan enfrascados justificando reduccionismos que no nos queda tiempo para construir los nuevos escenarios. Sin ellos, el mundo postindustrial que se nos viene encima viviría en el desamparo conceptual. La emoción nubla la razón y el prejuicio moral enturbia los valores de la ética.