Ahmad, nacido en la ciudad industrial de New Prospect, en Nueva York, se convirtió al islam a los once años. Y siguiendo las enseñanzas de su rigorista imán, el sheij Rachid, lo asumió como escudo frente a la sociedad hedonista que le rodeaba. Ahora, a los dieciocho, acuciado por las angustias sexuales y morales propias de un adolescente despierto, Ahmad se debate entre su conciencia religiosa, los consejos de su desencantado asesor escolar y las insinuaciones de implicación en actos terroristas de Rachid. Hasta que, una mañana, se encuentra al volante de una furgoneta cargada de explosivos camino de uno de los túneles de acceso a la Gran Manzana.