Desde pequeña, cuando Jem mira a alguien a los ojos, puede ver unos números: la fecha en que esa persona morirá. Para muchos esto sería un regalo, pero ella lo considera una carga. Este don la convierte en una joven especial y solitaria, hasta que conoce a Spider y su vida cambia por completo. Paseando un día por Londres con su amigo, Jem presiente que algo malo va a suceder. Esto desencadenará la huida de los dos jóvenes, no sólo de la justicia, sino también de sí mismos y de su propio destino. Ambos se convertirán en fugitivos y dejarán atrás la inocencia, al mismo tiempo que descubrirán que lo verdaderamente importante no es el final del viaje.