Dilvish escapa del infierno y jura vengarse del malvado brujo que lo había encerrado allí. Pero Jelerak, señor del castillo Eterno, ha desaparecido. Alrededor del castillo, la Tierra Cambiante es una vorágine de magia del dios loco Tualua, que distorsiona la realidad y la convierte en una pesadilla. Un grupo de hechiceros (como la resucitada reina Semirama, el despreciable Baran, el de la Tercera Mano y la encantadora elfa Arlata) quieren poseer los secretos del castillo Intemporal. Dilvish, atrapado en un caos taumatúrgico, allí donde los sueños agitados de un dios mutante podrían reducir el mundo a cenizas, busca a Jelerak entre los hechizos más mortíferos del Destino y el Tiempo.