Al quedar huérfanos, los hermanos Urrondo son enviados a estudiar con los jesuitas de Loyola hasta que, unos años más tarde, la expulsión de la Compañía de Jesús por Isabel II conlleva el cierre de las casas religiosas. Los Urrondo regresan a su caserío y se ven envueltos en los enfrentamientos que se suceden entre carlistas y liberales. En el marco de la Tercera Guerra Carlista, los hermanos se encontrarán, sin buscarlo, en posiciones enfrentadas y pelearán por la propiedad del caserío Urondoa, y por el amor de una mujer.