En junio de 1997 se supo que dos marroquíes, Abderrazak Mounib y Ahmed Tommouhi, habían sido condenados por error tras una ola de violaciones cometidas en 1991. Uno de los verdaderos culpables, muy parecido a Tommouhi, fue detenido en 1995; su cómplice todavía no ha sido identifi cado. Aun así, Mounib murió en la cárcel y Tommouhi, después de quince años preso, cumplió íntegra su condena. Este reportaje abierto sobre un caso cerrado podría ser también la edición crítica de El Estado de Derecho, un drama que llevara dieciocho y el mundo del revés años representándose en España. Pero el fabuloso argumento está sacado del sumario: los diálogos más increíbles, las manipulaciones más burdas, los párrafos más fantásticos de este libro son citas auténticas.Galardonada con el Premio Crónicas Seix Barral, la investigación que el periodista Braulio García Jaén llevó a cabo durante tres años fue recogida en un blog sobre el proceso de escritura del libro. El resultado es este ensayo policiaco que muestra que estos dos presuntos culpables, señalados por las víctimas, fueron condenados por la cara, mientras que la huella genética de los violadores se conserva intacta en un laboratorio de Madrid.