Alexander Macdonald parte hacia las tierras altas canadienses y empieza una nueva vida, junto a un nuevo amor. Pero años más tarde, el río que un día lo alejó de Isabel Lacroix, lo lleva de vuelta hasta ella, y los amantes se dan cuenta de que sus sentimientos siguen intactos. Como en un buen castillo de fuegos artificiales, Sonia Marmen ha dejado lo mejor para el final.