Dios se aloja en el cuerpo de una joven en Sudán. Al morir la mujer su cadáver es devorado por unos perros y Dios también fallece. Ante la dura realidad que supone la ausencia de un ser superior, el mundo sufre una transformación inevitable. En un electrizante debut en el que mezcla con fluidez el humor con los grandes interrogantes sobre la muerte, la ética y las debilidades humanas, Ron Currie coloca un espejo distorsionado ante el mundo de nuestro tiempo.