El inspector Lynley sigue de baja. Todavía no se ha recuperado de la muerte de su esposa, quien fue asesinada brutalmente. Sus paseos por Corwall le hacen bien, pero la policía de Londres le necesita y mucho. Después de una serie de meteduras de pata que los han situado bajo el escrutinio de los medios, la percepción de los ciudadanos de su labor es poco menos que lamentable. Además, la incorporación de Isabelle Ardery para sustituir a Lynley no es bienvenida por parte del equipo que anteriormente estaba al cargo de Lynley y, para colmo, aparece el cadáver de una joven en un cementerio. Un caso de asesinato de complicada resolución que puede devolver al departamento su antiguo prestigio o bien acabar de hundirlos a los ojos de la opinión pública... Isabelle Ardery decide entonces jugar bien sus cartas: llamará a Lynley para que se reincorpore, apelando a su sentido de la obligación. La investigación tomará caminos inesperados, que conducirán a la reserva natural de New Forest un lugar hermoso pero en que acecha más de un oscuro secreto.